5.El Gran Buda

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9 de junio. El Gran Buda de LeShan.

Aunque, todavía esta esa noche la pasamos en Chengdú, la atracción que vimos este día, se merece una página para ella solita. El Gran Buda, es una de las cosas que no hay que perderse si viajas a China, es un alto en el camino imprescindible. 
Nosotros, de entrada no lo íbamos a ver, pues la ciudad de LeShan, nos alejaba mucho de la ruta, pero una vez nos desviamos hasta Chengdú, fue de nuevo primera opción. Y nos congratulamos de haber ido a visitarlo.

Cuando planeas ir a verlo, realmente no estás seguro si valdrá la pena. Uno piensa que no es más que una estatua, que se puede omitir en un viaje en el que vas a ver tantas cosas. Pero no. Una vez estas allí, su magnificencia, su belleza y la singular historia que tiene detrás, hace que rápidamente te des cuenta que estabas equivocado. Que realmente, el viaje no hubiese sido el mismo sin ir a visitarlo.
Para llegar hasta LeShan, tuvimos que alquilar un coche con chofer, que nos salió un piquito, pues nadie más iba ese día a ver el Gran Buda desde Chengdú.
Aquí amaneció, pues como lo había acabado el día anterior, con muchísima lluvia y eso, hizo que la gente no se animase. A la noche nos enteramos, de que en Chengdú no paró de llover, y nosotros en LeShan, disfrutamos de un día buenísimo. Cosas de nuestra buena suerte...
Cuando reservamos el coche, nos hicieron firmar un papel, en el que se liberaban de toda responsabilidad de lo que nos sucediera en las carreteras chinas, avisándote del gran peligro que éstas conllevan. Como ya habíamos visto como se las gastan los conductores chinos en cuidad, nos "acongojamos" un poquito...
Fueron dos horas de trayecto, por una autopista, en la que los coches, camiones y autobuses, se adelantaban a lo F1, hasta por el arcén, y no exagero. Decidimos, después de un rato de "acojone", no mirar más para la carretera y confiar en nuestro chófer, que por otra parte, iba de los más relajado, sin inmutar el rostro lo más mínimo cuando alguno de esos "cabritos", le hacían alguna maniobra a lo "Hammilton".

Cuando nos dieron ganas de parar, para ir al baño, sacamos la guía de conversación chino-español, le pronunciamos las palabras que significan por favor, un baño...y EUREKA! el tío de desvió, pasándose tres carriles de golpe y saliendo por la primera salida, que era una gasolinera...yo creo que prácticamente, fue la única vez que pronunciamos algo bien de esa guía en todo el viaje.
A llegar, Mari se hizo entender con el chófer, con su libreta y su boli, para la hora del regreso.
La Historia del sereno Gran Buda, es de lo más graciosa. Esta imagen, es la representación del Buda más grande del mundo. ¡Tiene nada más y nada menos que 71 metros de altura, sus orejas 7 metros y un pié, casi 9!


Está construida en la fachada de un precipicio, en dónde confluyen dos ríos. En éstas confluencias, las aguas fluviales, son muy revueltas y peligrosas y por éste motivo, en el año 713, un monje mandó tallar a Dafo, para que apaciguara y calmara las aguas, protegiendo de esta manera a los barqueros y pescadores.

Los escombros sobrantes, fueron arrojados al río, y casi sin querer, construyeron un dique sumergido, que solucionó el problema...¡Pero ellos dicen que es obra del Gran Buda, que es él quién lo ha solucionado!
Historias y leyendas aparte, la monumental figura, abruma. Te hace pensar y dar vueltas en la cabeza, acerca de como estos tíos, hace tantos años, con los medios de los que disponían, eran capaces de hacer éstas maravillas.
Como siempre, ya acostumbrados, el palizón de escaleras, para bajar a la base y después subirlas, se hizo sentir, junto con la tremenda humedad que hay, aún peor si cabe, en las cercanías de los ríos.Al salir de la parte escénica donde se sienta Dafo, hay unos senderos que recorren la montaña, con unas vistas inmejorables de la ciudad de LeShan.

Senderos éstos, que llegan, a través de un magnifico puente hasta uno de los innumerables templos chinos, el lo alto de la montaña siguiente. Sobra decir, que fue otro castigo de escalones.
La anécdota del día, fueron dos chicas chinas, que sin cortarse un pelo, se pusieron al lado de Mari, maravilladas por su pelo y señalaban sus facciones asombradas. Me preguntaron en un pobre inglés que de dónde éramos, les contesté que de España, que si sabían dónde estaban las Islas Canarias. No tenían ni idea, cosa normal allí. En todos los mapas-mundi que vimos en China, nos habían "borrado", no apareciamos en ninguno. Así que, ellas se lo buscaron, saqué mi libreta y empecé a dibujarles un mapa, explicándoles que estábamos cerca de África, pero que pertenecíamos a España...tenían tan poco nivel de inglés la pobres, que no se enteraban casi de nada y mientras Mari se desternillaba por la situación, las chinas intentaban, agotadas de no entender nada, librarse de mi, a lo que yo les decía: ¡¡¡de eso nada, ustedes empezaron, ahora aprenden donde está Canarias!!! Los dolores en la barriga, más los ecos provocados por nuestras risas, son algo que permanecerán en nuestras memorias de esa montaña, para siempre.

A las 17:00, puntual, apareció nuestro conductor. En las más de dos horas de autopista de regreso, mientras Mari dormía, yo iba en tensión observando impotente la atroz conducción de los chinos. El momento cumbre, en el que nos dí por muertos, mientras nosotros circulábamos por el carril central de los tres que habían para nuestro sentido, un colgado de éstos, se incorpora por la derecha, directaménte al carril de la izquierda, pasando por delante de nosotros y obligando a nuestro conductor a frenar. Carril de la izquierda, por el que venía un camión de cuatro ejes a más de 120 kms/h.
El conductor del camión, metió la mano en el claxon hasta el codo, pero no aminoró en absoluto la marcha, mientras el "colgado" tampoco se quitaba, ni aceleraba, solo tenia cara de que con él no iba la cosa...Al llegar el camión, ese coche y el nuestro se encontraban circulando emparejados a la misma altura, por lo que, como si de una moto con piloto "kamikaze" se tratara, el camión se metió entre los dos coches y nos adelantó a "toda leche", provocando unas turbulencias que casi nos sacan de la carretera...Sonrisita de nuestro conductor y aquí no ha pasado nada...

Al llegar al hostel, en la recepción, después de equivocarme de chino una vez más, en la que le empecé a hablar al que yo creía conocer y éste me sonreía, hasta que apareció el verdadero y me atendió. Nos dimos cuenta que habían dos chicas españolas hablando delante de un ordenador. A pesar de ser una alegría oír nuestro idioma después de tantos días, tanto ellas como nosotros, no nos dijimos nada.

Hasta que después de oírnos hablar entre nosotros, una de ellas, exclamó: AYYY!!! ¿ESE ACENTO? ¿DE DÓNDE SOIS?...de Tenerife, contestamos....¡NOSOTRAS DE LAS PALMAS!

¡Qué pequeño es el mundo! cuatro personas de unas islitas que ni siquiera están en los mapas de ese país, charlando y riéndonos como si estuviésemos en casa. Cuando le expliqué la situación al chinito con el que estaba resolviendo el traslado de mañana hasta Chongqing, le dio la risa y enseguida se lo "chivó" a todos sus compañeros, que empezaron a reír como solo los chinos saben hacerlo y comenzaron un alegre debate entre ellos.
Las canarionas, eran dos hermanas, que habían estudiando chino, y habían empezado una peregrinación por todo este país, para poner en práctica sus conocimientos. Les sacamos toda la información que pudimos, pues ellas venían haciendo una ruta contraria a la nuestra, del sur hacia el norte, y después de un ratito de amena charla nos despedimos, porque mañana tempranito nos íbamos hacia nuestro próximo destino, el río Yangtzé.
Desde aquí, queremos enviarles un saludo a estas dos valientes hermanas, y desearles la mejor de las suertes, tanto en su aventura en China, como a lo largo de sus vidas en general.

El Gran Buda...la película:
 
 

En la próxima etapa, el rio Yangzté.